De vuelta a los orígenes

Software, hardware, sistemas en la nube, automatización. Todo esto no es desconocido para Mohammad Kamandar, que, tras estudiar informática en Irán, estuvo empleado durante diez años como informático en la policía. "Sin embargo, las tareas y los sistemas eran diferentes allí", dice, y describe por qué era urgente un periodo de formación con los expertos de GEALAN. "Además, todavía no hablo muy bien el alemán, pero quiero aprenderlo lo antes posible, ya he hecho cursos privados de idiomas en línea, y actualmente estoy completando uno que GEALAN hizo posible para mí". 

Mohammad Kamandar huyó de Irán hace unos tres años. El hecho de que, tras su largo viaje, los cursos de idiomas presenciales apenas fueran posibles en tiempos de pandemia, fue el menor de sus problemas en aquel momento. "Llegué a Alemania pasando por Turquía y Grecia, y empecé de cero aquí", explica. El trabajo en la extrusora de Tanna fue su primer empleo en Alemania, y lo realizó durante cinco meses. Cuando se certificaron sus papeles iraníes, presentó a GEALAN los documentos reconocidos, incluida la formación en informática. Se generó una situación en la que todos ganaban: "Buscábamos a alguien que nos ayudara en el soporte informático en Tanna", explica André Spranger, su supervisor en GEALAN, "y el Sr. Kamandar ofreció su experiencia. Además, él mismo también quería volver a su verdadera área de responsabilidad". El plan es que Mohammad Kamandar se ocupe de la informática industrial de la planta, lo que significa, por ejemplo, arreglar los problemas informáticos de los equipos de producción, mantener los ordenadores, los monitores y las soluciones de impresión instaladas en las máquinas. Andre Spranger: "Nuestro objetivo es que sepa de forma independiente lo que hay que hacer y que pueda ocuparse de ello si, por ejemplo, el departamento de laminación informa de un problema informático". 

Mohammad Kamandar trabaja actualmente dos días a la semana en Tanna y tres días en Oberkotzau; su formación lo hace necesario (por el momento). Pronto trabajará cuatro días en Tanna, donde los problemas técnicos no suelen poder resolverse a distancia. Después, sólo pasará un día con el resto del equipo informático: "Debe estar donde se le necesite lo más a menudo posible, pero sin perder el contacto con el equipo", dice André Spranger, describiendo el modelo previsto. 

Mohammad Kamandar se alegra de poder aportar sus conocimientos en GEALAN: "Trabajar en producción era algo nuevo para mí, tenía que aprender todo desde cero. Trabajar con ordenadores, programas y redes es lo que puedo y quiero hacer". La familiarización con el nuevo trabajo está dando sus frutos; poco a poco, Mohammad Kamandar va adquiriendo lo que necesita para su trabajo diario, de modo que pronto podrá ayudar a sus colegas de Tanna a funcionar sin problemas. "Está muy interesado y se involucra", alaba el supervisor el compromiso del nuevo colega. "Se merece la oportunidad de desarrollarse aquí, y además puede aportar sus habilidades para el bien de GEALAN".